Muerteogloriers,
Ya estamos por aquí de nuevo, esta vez para hablaros de cómo tenéis que cuidar un piercing o un tatuaje que se os haya infectado.
Empezamos con los tatuajes, lo primero es asegurarse de que la zona tatuada está infectada. Los síntomas son evidentes, por lo que te será fácil descubrirlo. Si la zona supura pus, está roja o inflamada, pero además te dan olas de frío y calor y tienes algo de fiebre… amigo, se te ha infectado el tatuaje.
Os recordamos que la buena curación de un tatuaje depende del tatuador y su forma de trabajar pero también de cómo lo cuidemos, lavemos e hidratemos los días posteriores… De nada servirá ir a un estudio con todas las condiciones higiénicas ópticas si después vamos a descuidarnos hasta el punto de generarnos una infección en la piel.
Desde el estudio de tatuaje y piercing de Muerte o Gloria en Vallecas os aconsejamos que lo primero que hagáis es que un profesional sanitario os valore la herida y os ponga el tratamiento correspondiente. Sin embargo, podéis hacer unos pasos previos que os ayudarán a paliar la infección.
Por un lado, limpia las heridas del tatuaje lo mejor posible con agua tibia, sécalo con gasas estériles de forma que retires la los restos de supuración, tinta y sangre. Lo más normal, es que el médico te recete una crema antibiótica específica, será entonces cuando debes aplicarla. Esta limpieza deberá hacerse dos veces al día. Después, deberás proteger el tatuaje con una gasa, lo puedes recubrir bien con esparadrapo o bien con un poco de papel film.
Podemos usar unos remedios caseros como complemento a esta rutina, ya que contamos con alimentos con características antibacterianas, antisépticas y cicatrizantes. Lo mejor sería hacer una infusión con alguno de los ingredientes que a continuación os diremos, empapar una gasa y ponerlo encima de la zona dañada. Desde Muerte o Gloria, tu estudio de piercing y tatuaje de Vallecas, te recomendamos utilizar el aceite de árbol de té, tomillo, aloe vera o aceite de rosa mosqueta.
Damos el paso ahora a las perforaciones. Los piercings requieren un cuidado extremo y alguno de ellos durante varios meses, de lo contrario, es muy fácil que se generen infecciones e incluso queloides, que se producen cuando las cicatrices tras la curación crecen de manera anormal.
Tienes que tener en cuenta que no todas las zonas cicatrizan igual de rápido, así como que hay lugares que son más propensos a infectarse, como pueden ser el oído, los genitales o el labio. Al igual que con los tatuajes, los signos más significativos que indican que tienes una infección cutánea a causa del piercing son rojeces, picores, pus, inflamación y, por último, fiebre. Es importante que en la medida de los posible recuras a un profesional sanitario, como ya te hemos aconsejado en párrafos anteriores.
Ante esto, hay que extremar la higiene retirando el pus y la suciedad con una solución salina y una gasa. Probablemente, el médico te recetará una crema que ayude a su curación, por lo que tras la limpieza del piercing es el momento de aplicar la pomada. ¡Consejo! Ni se te ocurra ponerte alcohol o agua oxigenada en la herida, lo único que conseguirás es empeorar el estado de la herida.
Queridos Muerteogloriers, esperamos que estos consejos os sean de gran utilizad y, si es el caso, que vuestra herida mejore lo antes posible. Las puertas de nuestro estudio de piercing y tatuaje Muerte o Gloria están abiertas para daros cualquier tipo de consejo en vuestros procesos de curación.
¡Hasta la próxima!